Puede ser que muchas
personas no encuentren atractiva la filosofía, eso de leer libros de
antiguos pensadores que se perdían ellos solos en sus pensamientos y
palabras extrañas... Frases y párrafos que hay que leer más de una
vez para conseguir entenderlo... No pinta muy divertido, y para los
jóvenes quizás menos aún...
Sin embargo sucede que la
filosofía forma una parte muy importante de nuestra vida aunque no
lo sospechemos siquiera. Si supiéramos cómo y cuánto nuestros
pensamientos influyen en nuestras emociones, y en la manera de
disfrutar nuestra vida o padecerla, quizá les prestáramos más
atención y aprendiendo a pensar mejor consigamos vivir mejor. Sobre
esto va a tratar este espacio, y para hacerlo más atractivo, más
vivo y emocionante, relacionaremos diferentes reflexiones filosóficas con las actividades de aventura.
¿Qué beneficios puedo obtener yo, o mis hijos, de la montaña y las actividades de aventura?
Supongamos que somos
animales, unos monos sin pelo, seres de la naturaleza, muchos
“condenados” a vivir en un medio alejado de la naturaleza, de la
tierra, del verde, del agua. Viéndolo así resulta fácil entender
que muchos madrileños estén atacados de los nervios y todos los
fines de semana invadan desesperadamente La Pedriza y la sierra de
Madrid en general. Habrá quien viviendo en Madrid note que su estado
de ánimo se vea afectado por la ciudad y su estrés, necesite salir
al verde, respirar otros aires, vivir a otro ritmo. El monte, la
montaña, la naturaleza, tiene su propio ritmo de vida, y al entrar
en estos espacios su ritmo nos invade y nos calma. ¿Lo habéis
experimentado alguna vez?
Inducirnos a un ritmo de
vida más pausado y benevolente no es el único efecto que
obtendremos de nuestro contacto con la naturaleza. Hay muchos más
efectos curiosos que tienen las actividades de aventura sobre la
actitud y personalidad de quienes los practican: (pincha en los títulos o imágenes)
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