Nuestra
calidad de vida depende de la calidad de nuestros pensamientos, y
nuestra percepción y disfrute de la vida depende de nuestras
creencias. Tanto nuestros pensamientos como nuestras creencias se
deben en parte a nuestra educación, la cultura y sociedad en la que
vivimos, nuestras vivencias pasadas y nuestras reflexiones sobre las
mismas; esto quiere decir que se pueden cambiar y mejorar, que no son
fijas e inmutables.
Podemos mejorar nuestra calidad de
vida, nuestra percepción y disfrute de la misma cambiando y
mejorando nuestros pensamientos y nuestras creencias. Que sea posible
no significa que sea fácil, rápido o sencillo; como la mayoría de
las cosas, requiere dedicación y tiempo hasta que se adaptan e
instauran los cambios.
¿Cómo
conseguirlo? ¿Qué hacer y cómo dedicar el tiempo necesario para
ello? También como la mayoría de las cosas, es más fácil dedicar
tiempo a algo que nos gusta y nos agrada antes que a cosas que nos
aburren o desagradan. Por ello, nuestra propuesta es lograr estos
cambios a través de actividades agradables y emocionantes, como por ejemplo en este
caso, los juegos de mesa.
Los
juegos, de todo tipo, son una de las primeras y principales maneras
de aprendizaje en el ser humano y otros tantos animales. Los juegos
nos permiten aprender experiencialmente, esto es por propia vivencia,
no por oídas. Nos permiten experimentar en nuestra piel y por
nosotros mismos, probar, acertar y errar sin miedo a una condena o
reproche social, todos podemos equivocarnos jugando y no pasa nada
grave, es sólo un juego. Las diferentes inteligencias y el
desarrollo alcanzado en cada persona dependerá de la experiencia que
haya tenido en cada campo, cuanta más experiencia y práctica en un
determinado campo más maestría y soltura tendremos.
Por
mucho que nos hayan informado o contado las cosas mil veces, nada es
comparable a la propia experiencia. Es por ello que las diferentes
recreaciones que vivimos en los juegos nos aportan mucho más que la
simple lectura o escucha de casos y desarrollos. Los juegos son una
poderosa herramienta educativa y un genial sistema para generar
compromiso, pues ofrecen: un sistema de recompensas y reconocimiento,
realimentación rápida, metas y reglas de juego claras, un entorno
o una historia que confiere sentido a actividades repetitivas o
aburridas y desafíos alcanzables, desglosados en pasos manejables.
Estas características nos permiten dedicar con agrado e interés el
tiempo necesario para generar ese cambio y mejora mental que queremos
alcanzar.
Hay
mucho que podemos aprender y obtener mediante la práctica consciente
de juegos de mesa. Quizás uno de los aprendizajes más simples,
tempranos y potentes sea: ¿Cuál es el objetivo del juego? Es una de
las primeras respuestas que hay que comprender al empezar a jugar a
cualquier juego, es lo que va a dar sentido a todo lo demás, el
conjunto de reglas, acciones posibles y estrategias a adquirir. Algo
tan obvio y claro en un juego de mesa, puede no estar tan claro en la
mayoría de las vidas, ¿cuál es el objetivo de mi vida? Según sea
la respuesta, así adoptaremos unas acciones u otras en función de
la estrategia escogida para alcanzar ese objetivo.
¿Quieres
aprender más? Pronto anunciaremos los talleres prácticos de juegos
de mesa y desarrollo personal, para que esto no quede en palabras,
sino en experiencia.
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